Pasar las vacaciones en un camping en plena naturaleza no solo es divertido sino también saludable. De hecho, pasar unos días en contacto directo con la naturaleza estimula el desarrollo sensorial de los niños, a la vez que potencia su autonomía y promueve la creatividad y la imaginación. Además, es una excelente oportunidad para pasar tiempo de calidad en familia y estrechar los vínculos emocionales con los más pequeños de casa.
